Uno de los mayores retos con los que se encuentran las organizaciones es el de lograr beneficios altos en la gestión de los recursos que utilizan.
¿Cómo saber que se está actuando con niveles o grados de eficacia y eficiencia aceptables? ¿Cómo saber si se está mejorando continuamente? ¿Cómo saber si se mantienen controlados los procesos, o que los proveedores cumplen con los convenios y contratos preestablecidos? ¿Cómo saber si se está manteniendo y satisfaciendo a los clientes o si se está motivando a los empleados?
Estas y otras muchas cuestiones no son solo inquietudes de los gerentes, sino también de los empleados, clientes, proveedores, gobierno, competidores, comunidad y cualquier otro ente vinculado al sistema de gestión de la calidad en la organización, y para darles respuesta es importante que el sistema de calidad contenga un sistema de evaluación de la gestión con base en indicadores.
El establecimiento de indicadores a los distintos procesos permite verificar el logro de los objetivos propuestos para cada uno de ellos, así como su estado, tendencias de evolución y en definitiva, permite la mejora continua de los procesos del sistema de gestión de la calidad.
Si no se puede medir no se puede mejorar…