Cada vez que el manual de calidad sea actualizado (al igual ocurre con el resto de documentos del sistema de gestión de calidad), se tendrán que retirar los ejemplares anteriores, con el fin de que no circule información obsoleta.
Cuando el manual de calidad tiene un volumen considerable, a veces resulta más económico y ágil dividir este en varios documentos, por ejemplo por capítulos, de modo que si solamente se actualiza una sección, en lugar de volver a sacar copias de todo el manual, solo sería necesario retirar y reemplazar la sección que ha sufrido cambios.
En cambio, si el manual posee poco volumen, quizás sea más cómodo diseñar un manual compacto, es decir, un solo documento para todo el manual de calidad.
El decidirse por un manual compacto ahorra varias páginas frente al modelo dividido. Por ejemplo, ya no serían necesarias una portada por capítulo, solo existiría un índice (si se decide incluirlo) y además, solo necesita una firma y un registro frente a varias si se opta por el modelo dividido.
La decisión dependerá de cada organización, sopesando las ventajas e inconvenientes de cada alternativa.